Muchos de nosotros hemos leído y visto acerca de la utilización de las hojas de almendro en nuestros acuarios y los beneficios que éstas conllevan. Desde hace muchos años principalmente en en Tailandia y Taiwan , los criadores de bettas y gambas de estas zonas comenzaron a utilizarlas en sus acuarios, cosa que aún hoy se sigue haciendo y que se ha expandido a casi todas las zonas del mundo. Actualmente, además de utilizarse en la cría de bettas y gambas, se utiliza también con especies de peces amazónicos como los discos, pues sus beneficios son muchos y variados. Pero no solamente las miticas hojas del almendro indio se pueden utilizar para estos fines, ya que muchas hojas de otras especies de árboles cuentan con propiedades similares, su uso en nuestro país es relativamente nuevo y poco conocido, aunque cada vez es menos raro verlas a la venta en los negocios especializados en acuariofilia para el acondicionamiento de nuestros acuarios y bienestar de nuestros amiguitos acuáticos.

Indagando un poco en la red, me encontré un documento que me pareció muy interesante, se los comparto y espero que les sea de ayuda a ustedes también.

Almendro Indio (Terminalia catappa)
Terminalia catappa es un árbol tropical de la familia Combretaceae. En la literatura popular se le conoce por los nombres de almendro indio, almendrón, almendro tropical, almendro malabar, almendro bengalí o de Singapur, almendro marino, falso kamani o, en Brasil, castanhola, entre muchos otros. Su lugar de origen es una amplia zona de distribución indoasiática entre Nueva Guinea y la India. Se trata de un árbol que alcanza unas grandes dimensiones, en ocasiones superando los 35-40 metros de altura, con una copa que puede abarcar un diámetro de más de 35 metros. La disposición de las ramas es bastante uniforme, con una orientación prácticamente horizontal. Se trata de un árbol caducifolio, pese a su distribución tropical. En la época seca, en su lugar de origen, las hojas adquieren tonalidades que van desde el rojo rosáceo hasta el amarillo parduzco, y poco a poco todas se desprenden de las ramas. Estas hojas tienen unas dimensiones aproximadas de entre 15 y 25 centímetros de largo por 10-15 centímetros de ancho, siendo más anchas en el extremo terminal que cerca del peciolo. Presentan bordes suaves y redondeados, así como nervaduras paralelas que parten de un nervio central longitudinal muy prominente. Las hojas frescas son de un color verde intenso, muy brillante.

Estos árboles se han cultivado con fines paisajistas, siendo muy utilizados en jardinería en países de climas tropicales o semitropicales por su amplia sombra y su frondosidad. Tradicionalmente su madera ha sido empleada en la zona indoasiática para la construcción de canoas y botes de pesca, debido a la excepcional resistencia de ésta a la podredumbre producida por el agua.

En la acuariofilia este árbol cuenta con unas propiedades casi legendarias. Desde tiempos remotos, los acuaristas orientales han usado sus hojas secas en acuarios para la cría de peces tropicales, como es el caso de los bettas en Taiwán, debido a sus propiedades medicinales y estabilizantes. En tiempos más recientes su uso se ha extendido a otros tipos de acuarios, como en los amazónicos, en acuarios de peces disco o en el caso de acuarios para invertebrados, sobre todo en gambarios. Podríamos decir coloquialmente que estas hojas se han puesto de moda y su utilización resulta muy beneficiosa.

Entre los compuestos que contienen las hojas podemos citar pigmentos como las violaxantinas, la luteína o la zeaxantina. Tienen una alta composición de flavonoides como el kamferol y la quercitina, taninos como la punicalina o la tercatina, así como saponinas y fitosteroles. La corteza del árbol, al igual que las hojas, también contiene estos principios esenciales que se utilizan incluso en la medicina popular para consumo humano, por ejemplo para el tratamiento de trastornos y dolencias hepáticas, trastornos gastrointestinales como la diarrea, la disentería, etc. Algunos autores afirman que tienen propiedades anticancerosas. Como mínimo se puede afirmar que su alto contenido en sustancias antioxidantes constituye un beneficio más que notable en la regulación de muchos procesos biológicos, entre ellos cabe citar la protección que ofrecen frente a los radicales libres de oxígeno procedentes del metabolismo celular, actuando como protectores frente a la radiación ultravioleta en la dermis o inhibiendo el efecto de los metales pesados.

Estos compuestos tienen múltiples propiedades adicionales, por ejemplo a nivel del sistema cardiovascular, impidiendo la formación de trombos y actuando como tónico cardiomuscular; su utilidad como protectores de la mucosa gastrointestinal está más que probada, impidiendo la absorción de sustancias tóxicas del ambiente y los alimentos; así como sus propiedades antimicrobianas, antifúngicas o antivirales; también actúan como analgésicos y como antiinflamatorios. Los taninos confieren una pigmentación particular al agua y poseen propiedades astringentes, contrayendo los tejidos, lo cual favorece los procesos de cicatrización. Las saponinas y los fitosteroles reducen la absorción del colesterol excesivo a nivel intestinal. La luteína y la zeaxantina son dos potentes antioxidantes que producen efectos, entre otros, a nivel del sistema ocular, impidiendo la formación de cataratas y otras dolencias relacionadas con la visión. Estos compuestos no pueden ser sintetizados por los animales, con lo cual deben incorporarlos a partir de la dieta.

En resumen, se trata de una planta que, administrada con prudencia, provee al acuario de una serie de medidas preventivas y medicinales que finalmente van a repercutir en la salud de animales como los peces, crustáceos o los moluscos, impidiendo la aparición de hongos e infecciones bacterianas así como actuando a distintos niveles en el organismo de los animales, lo cual, a medio y largo plazo, va a suponer un nivel de salud y prevención que es difícil de igualar con otros compuestos artificiales o naturales.

Otras Hojas:
Muchas son las especies de árboles que nos brindan la oportunidad de utilizar sus hojas para la alimentación de nuestros invertebrados y que, de manera directa o indirecta, aportan sustanciales beneficios al equilibrio de nuestros acuarios. Algunas de estas especies son autóctonas de la Península Ibérica mientras que otras podemos encontrarlas asilvestradas o introducidas en nuestros cultivos típicos. Enumeramos a continuación algunas de ellas y las propiedades que supuestamente poseen.

Tilo (Tilia alba, T. cordata, etc.):
Englobados en la familia de las malváceas, los tilos o tilias están conformados por varias especies de árboles de hojas anchas y finas que poseen en su composición mucílagos que pueden resultar muy beneficiosos para el sistema digestivo de peces e invertebrados, del mismo modo que poseen efectos relajantes y positivos sobre el sistema mucoso-respiratorio. Contienen diversos tipos de terpenos y flavonoides, limoneno, eugenol y ácido cafeico, entre otras sustancias. Muchas de ellas contribuyen a la correcta formación de secreciones hepatogástricas o tienen un papel biológico importante como antioxidantes. Los compuestos activos del tilo funcionan, en este aspecto, como un diurético natural. Recientes estudios también apuntan que en dosis adecuadas actúan como anticancerosos. Sin embargo, no debemos abusar de estas hojas ya que sus compuestos, en concentraciones elevadas, pueden provocar problemas de salud en los invertebrados. Suministradas de manera eventual pueden constituir un beneficio notable para nuestros animales.

Fagáceas:
Dentro de esta familia encontramos diversidad de especies arbóreas como las hayas (Fagus sylvatica), el roble (Quercus ruber) o la encina (Quercus ilex). Pese a que las hojas de haya son de consistencia blanda y espesor fino, las de robles y encinas son más resistentes a la descomposición, por lo que permanecerán más tiempo en nuestros acuarios. El mejor aporte que hacen las fagáceas a nuestros acuarios es liberar gran cantidad de flavonoides (como las catequinas o la quercetina) y taninos (como el ácido gálico), lo que confiere un color tintado amarillento, marrón o parduzco que oscurece ligeramente el agua. Los taninos son compuestos fenólicos, cuyas propiedades son principalmente astringentes, antiinflamatorias y antioxidantes.

Las catequinas y la quercetina por su parte comparten ciertas de estas propiedades y añaden la de ser inmunoestimulantes. En disolución, los taninos, precipitan sustancias venenosas como puedan ser alcaloides y sales metálicas en suspensión e impiden su absorción a nivel intestinal. También se cuenta entre las propiedades de estas hojas la de ser antibacterianas, impidiendo la rápida proliferación de organismos patógenos.

Arces (Acer granatense, A. campestris, A. monspessulanum, etc.)
Éstos árbolesertenecen a la familia de las aceráceas y generalmente presentan hojas palmadas y lobuladas de fino grosor. Las propiedades del arce no son excesivamente notorias aunque sí se ha descrito su uso como astringente. Del mismo modo aporta materia orgánica cuya degradación es relativamente rápida si la comparamos con otras hojas más resistentes, con lo cual será un aporte de alimento aceptado por muchos invertebrados. Constituye más veces un aporte visual al acuario (por la belleza de sus hojas rojizas o de tonalidades ocres) que un aporte nutricional o medicinal.

Nogal (Junglans regia)
El Nogal pertenece a la familia de las junglandáceas y es un árbol de hojas compuestas de zonas frías de Europa y Asia. Las hojas de nogal son ricas en taninos y flavonoides, polifenoles y ácidos grasos. Del mismo modo también contiene alcaloides que en altas concentraciones pueden resultar tóxicos (por lo que no conviene abusar de ellas). Unos compuestos a destacar son las juglonas, sustancias tóxicas que se acumulan principalmente en las raíces, pero también en pequeñas cantidades en las hojas. Las juglonas actúan inhibiendo el crecimiento de otras plantas alrededor del nogal, para así evitar la competencia por los recursos. Las hojas poseen varios aceites esenciales y vitaminas y sus efectos más notorios son los de antiséptico, bactericida, fungicida y antiparasitario. Muchas de las sustancias contenidas en las hojas presentan actividad antioxidante y en la medicina tradicional se han empleado para regular las secreciones hepatogástricas, produciendo beneficios apreciables a nivel digestivo, cardiovascular, endocrino y dermatológico.

Aunque su uso en acuariofilia no está muy extendido, existen otras especies de árboles y plantas que pueden aportar, en teoría, ciertos beneficios o propiedades al agua de los acuarios. Por citar algunos ejemplos, tenemos las hojas de castaño (Castanea sativa), una fagácea algo más escasa en nuestros bosques, que aportan taninos al agua y que se han empleado en la medicina tradicional como astringentes, antidiarreicas, antipiréticas o antiinflamatorias. Las hojas de árboles y plantas de la familia de las rosáceas (como el almendro, el peral, el manzano, las zarzas, las rosas, etc.) cuya descomposición es relativamente rápida y aportan materia orgánica de fácil asimilación para crustáceos y gasterópodos, son otra de las opciones asequibles para el aficionado acuariófilo.

Dentro de nuestros cultivos típicos, aunque se trate de una especie proveniente de Asia, encontramos el níspero (Euryobotria japonica), cuyas hojas jóvenes contienen pequeñas trazas de cianuro, que desaparece al tratarse de hojas maduras y secas. Las hojas de árboles frutales como el Guayabo y el Plátano también han probado tener propiedades muy similares a las del Almendro Indio, siendo éstas mucho mas fáciles de conseguir (al menos en mi región). Recientemente en éstas especie se han descubierto sustancias anticancerosas al igual que otros compuestos que supuestamente estimulan el desarrollo de las células capilares. En el caso de la morera (Morus alba) también es fácil conseguir sus hojas, finas, blandas y de amplia superficie, que una vez secas de forma natural (para que pierdan el látex) constituyen un buen alimento para los invertebrados. Con unas propiedades similares encontramos las hojas de las vides o parras (Vitis vinifera). También podrían tener un potencial uso en acuariofilia hojas como las del sauce (Salix sp.), el chopo o el álamo (Populus sp.), todas ellas de la familia de las salicáceas, o el avellano (Corylus avellana) de la familia de las betuláceas. El uso del olmo (Ulmus sp.) o el alcanforero (Cinnamomum camphora), árboles de las familias ulmáceas y lauráceas respectivamente, parece ser que también podría resultar beneficioso para nuestros peces.

Cortezas
Muchas de las cortezas de los árboles citados en este pequeño artículo poseen iguales o mejores propiedades que las hojas en sí, como es el caso del roble, el tilo, el arce o el nogal, entre muchos otros. La adición de pequeñas cantidades de cortezas de estas especies en los acuarios liberarán, a la larga, sustancias como taninos, cuyos beneficios han quedado expuestos con anterioridad.

Sin duda se trata de un campo todavía por explorar y experimentar para llegar a un conocimiento más profundo y que el uso de hojas y cortezas resulte verdaderamente beneficioso para los habitantes de nuestros acuarios.

Autor: Isaac García

Como podemos ver, los beneficios son muchos y nunca está por demás hacer uso de ellas pues a la larga el beneficio repercute en nuestras mascotas y en nuestros bolsillos. Ahora bien la recolección y preparación de las hojas (de cualquier especie) para poder introducirlas a nuestros acuarios, debe de pasar por un proceso de selección y desinfección para asegurarnos de que :

1.- Recolección:
Se recolectan las hojas que han caído del árbol de forma natural y solo aquellas que presentan el color característico café-rojizo, ya que si se recogieran aún verdes, arrancándolas del árbol, no servirían pues los principios activos de estas hojas solo se presentan en las hojas viejas una vez secas.

2.- Lavado:
Las hojas deben pasar por un proceso de lavado y secado para aseguraranos de retirar la suciedad e impurezas antes de introducirlas al acuario. Sólo se debe utilizar agua para este proceso ya que la utilización de algún detergente puede ocasionar que algún quimico se quede impregnado en las hojas y resultará fatal si éste va a dar a nuestros acuarios.

Durante éste proceso las hojas que estén demasiado sucias, presenten un color inadecuado o desprendan mal olor, deberán ser desechadas.

3.- Desinfección:
Para asegurarnos de que las hojas no contienen ningún microorganismo que afecte a nuestros peces o plantas se debe realizar una desinfección a las hojas; ésta puede hacerse de 2 formas:

– Introduciendo las hojas en agua hirviendo por un periodo máximo de 3 minutos, no debemos dejarlas por más tiempo ya que perderán la mayoría de sus propiedades.

– Introduciendolas al horno de microondas un par de minutos, si al horno de microondas!!!! Un estudio publicado en la revista Journal of Environmental Health, afirma que en tan sólo dos minutos a máxima potencia, se eliminan el 99% de las bacterias, virus o parásitos y en diez minutos las esporas. Así que es un método de desinfección totalmente confiable. Yo personalmente las meto al horno de microondas en un recipiente con agua, a la vez que se desinfectan, se hidratan; eso hace que las hojas se hundan inmediatamente después de introducirlas a nuestro acuario, dandole a éste un aspecto mucho más natural.

4.- Secado y almacenamiento:
El proceso de secado es muy simple, bastará con estirarlas y ponerlas al sol hasta que estén completamente secas,  no se utiliza ningún aparato para secarlas mecánicamente, ya que esto podría destruir las propiedades beneficiosas de las hojas.

Hasta éste punto las hojas están listas para introducirlas a nuestros acuarios, ahora que si lo que queremos es almacenarlas para tenerlas listas para su uso cuando sea necesario, deberemos buscar un lugar fresco, seco y sin iluminación, para evitar que insectos puedan comerselas y que en las hojas ya desinfectadas se desarrollen microorganismos y hongos, nocivos para la salud de los habitantes de nuestro acuario. Una muy buena idea es guardar las hojas en bolsas transparentes de cierre hermético y éstas a su vez introducirlas en una bolsa negra o caja en un lugar oscuro para evitar que la luz degrade con el tiempo sus propiedades. En éstas condiciones las hojas nos durarán meses, incluso un par de años en perfectas condiciones.

A la hora de utilizarlas en el acuario bastará con sumergirlas y esperar hasta que se rehidraten, momento en el cual caerán al fondo del tanque y serán consumidas gradualmente por nuestros peces o invertebrados, a medida que el tejido seco de las hojas se descomponga irá liberando gradualmente sus propiedades. Otra forma de utilizarlas es colocándolas en un compartimento del filtro, donde poco a poco irán liberando las sustancias químicas que contienen y éstas pasarán a formar parte del agua del acuario por disolución. También se pueden triturar las hojas secas e incorporar el polvo resultante a alimentos preparados como papillas o pastillas de fondo caseras. En cualquier caso, incorporando estas hojas a la dinámica de mantenimiento de nuestros acuarios conseguiremos tener unos acuarios más sanos y estables donde podremos criar con una mayor tasa de éxito numerosas especies de peces, gambas y caracoles de agua dulce.

Espero que ésta información les sea de ayuda como a mi. Nos leemos hasta la próxima!!!!

Fuentes:
Isaac García
ww.portalpez.com